Odio que sepas pensar y que me hagas reír. Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar. Que no hayas llamado aun, pero más odio que no te pueda odiar aunque estés tan loco, ni siquiera un poco. Odio como me tratas, odio que sepas que te quiero y disfrutes haciéndome sufrir. Odio tus ojos cuando me miran a mí, odio que seas el primero en el que pienso al despertar y ni un instante te puedas alejar