Estas ahí, llorando.
Gritándole al mundo que ya ha sido lo suficientemente malo contigo, que ya no siga.
Repitiéndote mil veces que no encontraras la solución, que no volverás a sonreír, que quieres morir.
Y como si fuera poco… te detienes a pensar un momento en quienes amas y no te importan.
La vida ha sido injusta contigo y tú no tienes por qué ser justa con ella… te has cansado.

Lo único que puedes hacer es llorar y hundirte más… hasta sentir que tu mente no puede pensar y tu cuerpo no puede moverse… ya no gritas.

Ahora duermes… sueñas, quizás dormida sonríes y como siempre nadie lo nota.

Despiertas y deseas haberte quedado en el sueño para siempre pero no importa, ahora tienes más ganas de encontrar una salida y olvidas todo, lo dejas atrás.

Y esto se repite cada cierto tiempo según tus actos o tu suerte, que se yo… 
¿sabes cómo se llama esto?
Vivir...