- Por favor, déjame explicártelo.

- Tienes un minuto - dijo ella mientras programaba su reloj.

- Yo... me he portado como un imbécil, no, soy un completo y absoluto imbécil, el mayor imbécil del mundo. Pero es que tenía miedo. Estaba asustado de lo que sentía, y lo sigo estando. Me has hecho sentir cosas que ni siquiera sabía que podía sentir. Tú has conseguido darle vida a mi corazón de piedra.

Pip pip

- Ya ha pasado el minuto, así que me voy. Siento haberte hecho perder el tiempo - dijo él mientras se daba la vuelta para marcarse.
- ¡Espera! ... Tú me has hecho daño, me has hecho más daño que en toda mi vida entera junta. Y lo que más me enfada es que yo ya te hubiese perdonado antes de que vinieses a hablar conmigo, no sé por qué. Tal vez porque me has hecho más feliz que en toda mi vida junta.